Bando: Izquierda y/o Republicanos - Otros | Municipio: TORREDONJIMENO |
Historia:
55 años, del campo, casado con Rafaela Palomino García, 3 hijos.
Jaén, 12 marzo 1940. Hechos:
– Afiliado a la UGT.
– Camillero de la Cruz Roja en Torredonjimeno, asistió en varias ocasiones a la recogida de cadáveres, quedándose con los objetos de valor de lo que se encontraba.
Fallo: reclusión perpetua.
El inculpado. Torredonjimeno, 6 diciembre 1939:
Políticamente no ha militado en ningún partido perteneciendo a la Cruz Roja Española donde prestó servicios durante la guerra.
Al iniciarse esta se fue al frente con la columna de Contreras de camillero para el botiquín donde permaneció unos tres meses y medio junto con El Perito y demás elementos destacados del pueblo.
Reconoce que un día del mes de septiembre de 1936 se presentó en una venta que hay en la entrada de Jamilena propiedad de Juan Medina Martínez donde manifestó que en Torredonjimeno la cosa iba muy bien puesto que El Carlillos los mataba y el declarante se ocupaba de darle la puntilla, estando muy contento por ser de la Cruz Roja porque se estaba dando muy buena vida cuando llevaba a tantos canallas después de darle el paseo.
En la casa de Juan Medina Martínez dijo que habían matado a un hombre a la salida del túnel de Torredonjimeno y al día siguiente lo habían llevado el inculpado y otro en una camilla al cementerio por la noche.
En unos de los días del mes de julio de 1936 fue en unión de varios camilleros de la Cruz Roja al sitio conocido por la Cruz de Pedro Chincolla donde había 12 o 13 cadáveres de asesinados, yendo al lugar mandado por el Frente Popular, llevándose los cuerpos en un camión hasta el cementerio donde fueron enterrados. Al llegar a la puerta del cementerio los que pudieron coger desde el suelo los depositaron en una escalera y de esta eran pasados al interior del recinto y los que no él se subió al camión y los fue alargando. En uno de los cadáveres vio una sortija quintándosela, Francisco García López, entregándosela al inculpado junto con unas gafas que estaban en una funda las cuales al parecer tenían montura de oro, entregándolas al final de la guerra a Falange Española. No vio ningún reloj de pulsera.
No tuvo que cortarle el dedo para sacarle el anillo como expresan los testigos pues los cadáveres estaban atados de las manos con los dedos cruzados unos con otros y al cogerlos del camión y ver Francisco el anillo le dio con saliva al dedo saliendo sola. El cadáver en cuestión no lo conocía, enterándose posteriormente que pertenecía a un vecino de Porcuna.
Al iniciarse la guerra estaba afiliado a la Casa del Pueblo perteneciendo en cierta ocasión a la asociación La Esperanza afecta a la Casa del Pueblo en el gremio de trabajadores donde no ejerció ningún cargo de responsabilidad.
Respecto a las veces que acudió a dar sepultura fueron 3, una la reflejada en la declaración otra en el túnel de la vía de Torredonjimeno y la última en la carretera de Villardompardo para recoger al médico de esta población, D. Antonio Moya que fue asesinado por “El Perito”, dándole sepultura a éste en un olivar que había en las inmediaciones por no poder llevarlo al cementerio por estar en estado de descomposición y al mismo tiempo estaba comido por los animales. Este servicio lo hizo por haberlo dispuesto la Cruz Roja.