Bando: Izquierda y/o Republicanos - Otros | Municipio: HIGUERA DE ARJONA/LA HIGUERA |
Historia:
El inculpado. Higuera de Arjona, 27 abril 1939:
Andrés Morales Villar “Postema”, tomó parte con Ramón Pérez Lara “Cartucho” y los milicianos Juan María Mármol Barragán “El Hijo de la Nana”, Manuel Lomas García “El Balsero” y Juan Francisco Álvarez Catalán “Pitero”, en los asesinatos del 5 de septiembre de 1936 en el punto conocido por Torronteras.
Según Ramón Pérez, encontrándose detenido en la cárcel el que por entonces era cura párroco, D. Diego Pérez García, fallecido, lo sacó de la prisión que era la capilla de San Sebastián que estaba habilitada para tal fin y fuertemente atado con unas cuerdas que lastimaban a dicho señor las muñecas según dice manifestó, lo condujo ante el jefe de las milicias que era Ángel Mudarra Riveiro para que le tomara declaración, insultándolo groseramente el declarante al cura párroco, cosa que acostumbraba a hacer con frecuencia. Así mismo manifiesta que la noche del 5 de septiembre fue en un camión en unión de los milicianos citados, el teniente de milicias y unos 4 o 5 milicianos que no conoció, conduciendo a los detenidos Manuel Martínez, Mateo Lillo Martínez, Sebastián García Mercado, Sebastián Pérez del Moral, Gil Palomares Fernández, Agustín López García, Francisco Castro, Pedro Fuentes Carmona, Marcos Domínguez Hermoso y Juan Pérez Zafra, los cuales fueron llevados en el camión por la carretera de Vvª de la Reina y después tomaron el camino que une la carretera con la de Andújar. Al llegar al punto de Torronteras se paró el camión porque manifestó el teniente de milicias que se había estropeado y que tenían que apearse todos. Así lo hicieron bajándose los detenidos y los milicianos. Una vez que estaban en el suelo el teniente colocó a unos 12 o 15 metros del camión en las tierras de labor, contándoles a los milicianos la munición con el objeto de saber quién había hecho fuego o no cuando él lo mandara. Los colocó en fila de espaldas al camión y dando frente a los presos procedió acto seguido a dar la voz de fuego sobre los presos que cayeron a tierra. Acto seguido se acercó a los detenidos, Manuel Lomas, el teniente y los milicianos acompañantes rematándolos a aquellos que aún seguían vivos. Los cadáveres fueron cacheados para apoderarse de cuantos efectos y objetos de valor llevaban.
Una vez consumado el hecho montaron todos en el camión y se volvieron a Higuera de Arjona y como a un Kilómetro del pueblo se bajaron de él los milicianos de Higuera y el camión dio la vuelta, marchándose con los milicianos que vinieron con el teniente de milicias.